miércoles, 12 de marzo de 2014

Caminos de hierro 2014, la selección del bloguero


La semana pasada se dieron a conocer los ganadores de la vigésimo séptima edición del concurso fotográfico Caminos de hierro convocado por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. La obra ganadora fue A puertas abiertas. La autora, Encarna Mozas, retoma en su trabajo la apreciación del frrocarril como posibilidad de marcha, de mejora, de huida, de búsqueda de nuevas oportunidades. Es tal el arraigo de esta idea, que el espectador indentifica enseguida el espacio como vestíbulo de estación e interpreta la luz exterior como el objetivo que alimenta la esperanza del personaje en tránsito y le impulsa a tomar el tren.

Encarna Mozas, con sus palabras, completa lo que nos ha dicho con la imagen: "Los cambios y convulsiones sociales, políticas y ante todo económicas han provocado a lo largo de toda la historia movimientos migratorios. En los lugares donde habita el abandono, se percibe el poso de lo que existió, las puertas que no cerraron los que se fueron o las que abren los pillastres o los habitantes de paso. Entre unos y otros la naturaleza va abriéndose camino por las puertas abiertas."

Hay dos obras, y aquí viene la selección personal del bloguero, que destacan por ser fruto de miradas fascinadas e interesadas por los constructos tecnocientíficos ferrovarios en tanto que objetos autónomos en el plano artístico.


José Torres Tabanera, el ganador del segundo premio, explica que "la serie a la que pertenece la fotografía La Edad de Hierro, 2 fue realizada el pasado otoño en una estación ferroviaria abandonada de la localidad de Riotinto, en Huelva. Respecto al tema, siempre me han fascinado los trenes, las locomotoras de vapor, los cambios de vía, las estaciones abandonadas... Y he intentado plasmar la imagen que tengo de ese mundo desde la niñez; un lugar laberíntico y misterioso dominado por la oscura belleza de la maquinaria..."

Riotinto era el escenario ideal para que la mirada del artista sobre los vestigios del pasado industrial tuviera la misma calidez, respeto y minuciosidad que la del que contempla y fotografía, digamos, las ruinas de un puente romano.


Lluís Pujolàs, al revisitar su serie Catenaria, que obtuvo un accésit nos cuenta: "Al realizar las imágenes me venían a la mente palabras como soledad, distancia o inadvertencia… Pensaba en la importancia de los elementos de la catenaria que normalmente pasan desapercibidos para la mayoría de nosotros. Pensaba en la transcendencia de su uso. En la facilidad con la que nos acomodamos y disfrutamos de los viajes, despreocupados de la infinidad de mecanismos que nos permiten deleitarnos del trayecto. La colección sobre la catenaria, en realidad, puede leerse como un homenaje a lo oculto, a lo maravillosamente discreto."

Pujolàs ha otorgado a las catenarias el papel de correlato de una percepción humana, la de la soledad, pero su obra va más allá porque su mirada fotográfica se centra en la factura de las piezas, en la belleza formal de las ruedas con rádios simétricos, de los cables tensos, de los aislantes traslúcidos. De nuevo, la mirada del fotógrafo sobre los mecanismos instalados es similar a la hubiera utilizado ante una obra de arte como, digamos, una escultura de Alfaro.

Mozas, Torres i Pujolàs, juntos, son una perfecta antología de la mirada artística actual sobre el ferrocarril, una mirada que incluye los aspectos, sociales, históricos y formales. Caminos de hierro 2014 ha acertado en su elección.